lunes, 3 de junio de 2013

La literatura del siglo XVIII

Tema 18 – La literatura del siglo XVIII

1.-Marco histórico y cultura.
El siglo XVIII se conoce como siglo de la Ilustración.

1.1-Aspectos políticos.
Tras la muerte sin descendencia de Carlos II, se produjo en España un cambio de dinastía: el trono fue ocupado por los Borbones, monarcas franceses partidarios del despotismo ilustrado. Esta circunstancia desató la Guerra de Sucesión entre los partidarios de Felipe V y Carlos de Austria. Felipe V acabaría promulgando los Decretos de Nueva Planta, creándose así un Estado absolutista y centralista.
Fernando VI mantuvo la neutralidad exterior para impulsar la reconstrucción del país. Su hermano y sucesor, Carlos III llevó a la práctica medidas reformadoras.

El comienzo de la Revolución Francesa despertó el temor de Carlos IV. Su primer ministro, conde de Floridablanca, reforzó la censura ante las nuevas ideas y consistió una mayor activada de la Inquisición. Con Godoy como primer ministro, se produjo un acercamiento a Francia, sin embargo su destitución y la desamortización marcaron un cambio en el escenario político y económico.

1.2-Aspectos socioeconómicos.
Hubo un auge de la agricultura, acompañado del incremento de la población. En ciertas ciudades de consolidaron núcleos burgueses dedicados al comercio. Sus intereses coincidían con los del sector agrícola en la empresa común de incrementar la producción y en la lucha por la liberalización comercial, objetivos que llevaron a fundar las sociedades económicas de los amigos del país. Sin embargo, no se registraron grandes cambios en las estructuras agrarias.


1.3-Aspectos socioculturales.
En esta etapa, la mayoría de la población era analfabeta. La teología debía ceder paso a la ciencia y se proclamó a la razón como su fundamento, la experiencia como método y la utilidad como finalidad.

Los novatores fueron los precursores de la Ilustración en España, y su ideario se difundió a través de las sociedades de amigos del país y de la prensa.

El periodismo tenía entonces una difusión reducida. En el XVIII se inicia la prensa literaria y científica, y el periodismo crítico y se publica el primer periódico diario. Paralelamente se crearon academias, museos y otras instituciones.

1.4-Tendencias literarias del siglo XVIII.

Primera mitad de siglo
En la primera mitad los escritores continuaron con los modelos barrocos tanto en la poesía como en el teatro y la prosa.

Se produjo un notable auge del ensayo, que sirvió en muchos casos de vehículo de expresión de las ideas ilustradas.

Segunda mitad de siglo
Como reacción contra los excesos barrocos, surgió el neoclasicismo, que proponía básicamente la austeridad y la limitación de la fantasía creadora a modelos preestablecidos. Sus características son:
·         El concepto de buen gusto.
·         La sujeción a reglas que procuren equilibrio, sencillez, simetría.
·         La utilidad, es decir, el arte debía aunar lo agradable y lo útil.

Se incluyen la poesía filosófica y la poesía didáctica, y la comedia y tragedia neoclásicas. En la poesía se aprecia una inclinación hacia un arte superficial, ligero, que combina el buen gusto con el ingenio, la coquetería. La principal manifestación de esta línea poética (rococó) son las anacreónticas, tipo de composición que se cultivaba ya en el siglo anterior.

Más adelante se observa un fuerte sentimentalismo, que prefiere los temas nocturnos y fúnebres, llamándolo prerromanticismo, considerando que anticipa el movimiento romántico.

2.-La poesía en el siglo XVIII

2.1-Poesía barroca
Imitaba a los grandes poetas barrocos del XVII usando los mismos metros y abordando temas similares. Destacan  Antonio Poncel o Eugenio Gerardo Lobo.

2.2-Poesía neoclásica.

v  Poesía rococó. De tono menor, con léxico cortesano y refinado, cuyas composiciones características son las anacreónticas. Sus temas eran el amor y la belleza femenina, en un escenario bucólico.

v  Poesía filosófica. Jovellanos insta a los poetas salamantinos a abandonar los temas amorosos y comprometerse con una poesía útil. Esta prefiere el endecasílabo suelto, cercano a la prosa, para abordar temas al servicio de la humanidad y el progreso.

v  Poesía didáctica. Igualmente útil, desarrollada por medio de la fábula.

v  Poesía sentimental. Se acentúan los desahogos emocionales, cargados de desesperación y pesimismo, con algunas notas teóricas.

3.-El teatro en el siglo XVIII

Al principio continuó la producción de obras barrocas, destacando las comedias de enredo, de figurón, de magia, de santos… además del teatro breve. A mediados, hay un cambio hacia un teatro neoclásico. A la vez, se desarrolló un teatro costumbrista, cuya expresión más destacada fueron los sainetes.  Por otra parte, los autos sacramentales languidecieron a lo largo del siglo, al igual que las comedias de santos.

3.1-El teatro neoclásico

Se apoya en la claridad, la sobriedad y la naturalidad, y tiene como objetivo la imitación de acciones humanas. En aras de la verosimilitud, este teatro respeta la regla de las 3 unidades (acción, tiempo, lugar) y atiende al decoro. El número de personajes no debía exceder los  8/10.

La tragedia neoclásica
Escrita en verso y cuyos personajes eran nobles, tenían una finalidad didáctica: servir de ejemplo a todos, especialmente a personas de autoridad. El mensaje era que la pasión debía someterse a la razón y la obligación.

La comedia neoclásica
Experimento un largo y dificultoso proceso de asentamiento en la realidad española. Escrita en prosa o verso, plasma hechos protagonizados por personajes comunes por medio de los que se ridiculizan los vicios y errores de la sociedad. Se recompensa la verdad y la virtud, en aras de la razón y el buen sentido.

La comedia sentimental
Destaca por exaltar las nuevas virtudes cívicas como la sensibilidad, la humanidad, la honradez o la laboriosidad.

3.2-Leandro Fernández de Moratín

Comenzó escribiendo poesía clasicista, pero desarrolló su principal actividad como literato en el ámbito teatral. Sus obras tratan de la libertad de elección en el matrimonio y de la  conveniencia de edades similares entre los conyugues. Es notorio el afán didáctico.

El sí de las niñas
Tuvo un gran éxito de crítica y público. Doña Irene ha concertado el matrimonio de su hija doña Paquita, de 16 años, con el sesentón don Diego. La chica está enamorada del joven militar don Carlos, el sobrino de don Diego. Don diego renuncia y permite casarse a los jóvenes.
La obra reúne los temas favoritos del autor: el matrimonio desigual, la opresión de padres insensato sobre sus hijos, la autoridad paterna mal ejercida…se brinda el modelo de una organización social y una actitud basadas en la razón.

Esta obra se ajusta a las normas neoclásicas, ya que además de su cara finalidad didáctica, respeta las 3 unidades dramáticas: un solo lugar para el desarrollo de una única acción.

4.-El ensayo en el siglo XVIII

Se desarrolló el ensayo, texto de carácter reflexivo en el que se manifiesta una opinión sobre algún aspecto de la realidad.

4.1-Los escritos de Feijoo

Es uno de los iniciadores del ensayo en España. La finalidad de sus escritos es combatir los errores científicos o populares, para lograr la modernización de la mentalidad española. Aborda temas variados. Como sus textos están destinados a un amplio público de lectores, se exponen con un estilo, familiar, cercano, que llega a incluir el humor.

Mantuvo una actitud constante de someter a crítica toda la cultura recibida, negar la validez del principio de autoridad y proponer el método experimental. Sus escritos tuvieron muchos detractores; llegó a ser acusado ante la Inquisición.

4.2-Cadalso y las Cartas marruecas

El autor utiliza la forma epistolar para ofrecer tres visiones de la realidad: la del español Nuño, que juzga su patria desde dentro; la del joven marroquí Gazel, que viaja por España y representa al extranjero curioso; y la del sabio anciano marroquí Ben Beley, que enjuicia desde ideas universales los datos aportados. La visión de la obra coincide con la grandeza de la época de los Reyes Católicos.

4.3-Los discursos de Jovellanos


Es la figura más representativa de la Ilustración española. Dirigió sus escritos a las autoridades, con la finalidad de que se produjeran reformas que él consideraba importantes para el desarrollo del país, siempre guiadas por el principio supremo de la razón.

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