martes, 23 de abril de 2013

Democracias y totalitarismos


Las consecuencias de la Primera Guerra Mundial.

La victoria de los estados democráticos dio lugar a la desmembración de los imperios autoritarios y al nacimiento de nuevos países que se convirtieron en repúblicas y adoptaron sistemas políticos de carácter liberal parlamentario.

En la Europa de los 20s se vivieron difíciles circunstancias económicas. Además de la gran subida de los precios, hubo acumulación de stocks y el paro aumentó. La crisis del 29 acabó de complicar la situación económica.

Todo esto vino acompañado de una crisis social que revistió en ocasiones revolucionarias. Las movilizaciones fueron reprimidas y se acabó limitando los derechos sindicales. Los sindicatos y partidos socialistas y comunistas se reforzaron teniendo en cuenta la revolución soviética. Todo ello desencadenó una fuerte oposición contra las democracias.

Las democracias ante la crisis.

Los países con fuertes bases parlamentarias y mejor organización de las fuerzas democráticas consiguieron integrar en el sistema al socialismo emergente, a través del sufragio universal. Posibilitando aislar a los partidos más radicales y consolidar la democracia parlamentaria. Sin embargo, las democracias se encerraron en sí mismas y contemplaron con impotencia el ascenso de las dictaduras en otros de Europa.

La aparición de regímenes autoritarios.
Donde el sistema liberal tenia escasa tradición y los partidos se veían impotentes ante la crisis y la revuelta social, se establecieron sistemas políticos autoritarios. Dictaduras. Cabe destacar la llegada al poder en Italia, del Partido Nacional Fascista dirigido por Mussolini y la del Partido Nazi en Alemania liderado por Adolf Hitler.

Los 5 pilares del fascismo.
1-       La existencia de un ‘’líder indiscutible’’, considerado un semi-dios (Ducce en Italia, Führer en Alemania, Caudillo en España).
2-       El culto a la juventud, a la educación, la disciplina o la educación física.
3-       La existencia de emblemas, saludos… que cohesionaran el grupo y dieran aires de grandeza.
4-       La importancia del ejército y la economía de guerra.
5-       Superioridad de la raza, es decir, el fascismo tiene ideas racistas y xenófobas.


El fascismo italiano.

Italia en la posguerra.

El fin de la Gran Guerra dejo en Italia graves secuelas humanas y económicas. Los acuerdos de paz supusieron una gran decepción ya que los aliados acordaron la entrega a Italia de ciertas tierras que no se le dieron. De este modo, empezó a extenderse la idea de que la participación italiana en la guerra había sido un engaño. A esta situación se sumó la inestabilidad política.

La crisis económica genero una fuerte tensión social. En el norte se desarrolló un movimiento huelguístico, en el centro se desarrolló un movimiento de ocupación de tierras. Todos estos movimientos fueron reprimidos, pero el miedo al estallido de una revolución social (bolchevización) empezó a asustar a las clases más conservadoras.

La monarquía constitucional atravesaba una situación de fuerte inestabilidad y ningún partido conseguía mayoría. El régimen constitucional se apoyaba en una coalición que se vio fuertemente contestada tanto por Partido Socialista, el Partido Comunista Italiano como por el Partido Popular. A esto se le suma el nacionalismo exaltado, derivado de la frustración de la I Guerra Mundial, ya que las promesas de recuperar las tierras irredentas no se habían cumplido totalmente. Este nacionalismo llevó a protagonizar la anexión del Fiume (1924) por los excombatientes.

El ascenso del fascismo.

En esta situación de crisis apareció la figura de Benito Mussolini, quien creo los Fasci di Combattimento, los llamados camisas negras. Se trataba de grupos paramilitares con los que pretendía frenar el auge del movimiento obrero (parar la revolución comunista).

Los fasci se transformaron en el Partido Nacional Fascista. Su programa estaba basado en la construcción de un Estado fuerte, que garantizase la propiedad privada, y una política exterior expansionista. 
El nuevo partido contó con el apoyo de la pequeña burguesía, con la financiación de grandes propietarios y con la tolerancia de la Iglesia Católica y del mismo monarca, Víctor Manuel III.

Las escuadras fascistas protagonizaron numerosos actos de violencia social. Pretendían acallar toda forma de oposición atemorizando a la población a golpes y con acciones vejatorias. Contaban con la complicidad de la policía, que actuaba contra ellos sin contundencia, y de la justicia, que dictaba penas simbólicas a los escuadristas.

La marcha sobre Roma y la llegada al poder.

En las elecciones de 1922, el Partido Fascista solo consiguió 22 diputados. Pero ese mismo año, con 300000 camisas negras, aplasto la huelga general de los sindicatos socialistas y anarquistas. Mussolini exigió al rey que le entregara el gobierno y organizo una Marcha sobre Roma, en la que reclamaban el poder.
En el proceso de entrega del poder al fascismo, dos instituciones desarrollaron un papel decisivo: la Monarquía y el Ejército. El monarca, por su decisión de entregar el gobierno a Mussolini y los militares porque aconsejaron al rey que no pusiera al ejército en la situación de tener que reprimir a los fascistas, ya que probablemente una parte de los mandos militares les eran afines.

La dictadura fascista.

Mussolini desarrollo un proceso de restricción de las libertades y de persecución de sus adversarios.
Después de las elecciones de 1924, anuncio la instauración de un régimen autoritario, en el que Mussolini se atribuyó plenos poderes y se hizo llamar Duce. El estado dirigía todos los aspectos de la vida social y dominaba los medios de comunicación. También controlaba la economía, adoptando políticas proteccionistas, invirtiendo en obras públicas, y con una política autárquica.

Los partidos políticos fueron prohibidos, sus líderes, perseguidos y encarcelados, y el Parlamento, sustituido por una Cámara de los Fasci. Los sindicatos sustituidos por un sistema de corporaciones por oficios. También se creó una policía política, que perseguía a los opositores.

El régimen de Mussolini supo atraerse a la Iglesia católica. Firmaron los Pactos de Letrán, que supusieron el reinicio de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. El apoyo del papado al fascismo, constituyó uno de sus pilares más sólidos. También contribuyó a la popularidad del fascismo su política nacionalista y expansionista. Se promovió la remilitarización y se inició una campaña para recuperar los territorios irredentos.

La instauración del nazismo en Alemania.

La república de Weimar.

A punto de finalizar la Primera Guerra Mundial, el káiser Guillermo II abdicó de su cargo y se proclamó la república. Basada en una Constitución ampliamente democrática, fue incapaz de crear un sistema político estable. Tuvo que hacer frente a los intentos insurreccionales que deseaban acabar con el régimen.

Los grupos nacionalistas consideraron humillante el Tratado de Versalles. Así, en sus primeros años se vio amenazada por movimientos revolucionarios y por varios golpes de Estado de la extrema derecha (Putsch de la cervecería de Munich).

Los años de posguerra fueron para Alemania de crisis económica, miseria y paro, debido a las deudas de guerra y las fuertes reparaciones que Alemania debía pagar a los vencedores.

Hitler y el partido nazi.

Hitler fundo el Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores de Alemania. El partido escogió como emblema la bandera roja con la cruz gamada y se doto de una organización paramilitar, las Secciones de Asalto (SA).

Su ideología fue recogida en el libro Mi Lucha (Mein Kampf) y defendía el antisemitismo, la superioridad de la raza aria y la necesidad de forjar un gran imperio que uniese a todos los pueblos de habla alemana. Al salir de prisión, Hitler y su liderazgo político se habían reforzado. Por ello creó su propia milicia la SS.

Para cautivar a las clases trabajadoras, Hitler no dudo en usar la demagogia: prometió trabajo para todos, reducir los beneficios industriales, mejorar los salarios y avanzar hacia una sociedad más solidaria. Arremetió contra los que acusó de ser los responsables de la crisis alemana: judíos, comunistas y demócratas.

Las milicias nazis se opusieron violentamente a la república y protagonizaron varios intentos insurreccionales. Sin embargo, la mejora de la situación económica y social hizo perder terreno a los nazis, que se vieron obligados a frenar su actividad antiparlamentaria.

El nazismo al poder.

Entre 1924-1929 hubo una relativa mejora de las condiciones económicas. Pero las consecuencias de la crisis de 1929 resultaron muy duras en Alemania. El malestar social inclino a una buena parte de la población hacia las propuestas de los partidos extremistas.

En las elecciones de 1932, el partido nazi consigue 13 millones de votos y logró que el presidente Hindenburg nombrase a Hitler canciller, su éxito electoral se fundamenta en el apoyo de las clases medias, los campesinos arruinados y los obreros desesperados ante la miseria. Hitler consigue el permiso para disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.

Poco después se provoca un incendio en el Reichstag y se acusa de este a los comunistas, sirviendo como excusa para suspender las libertades individuales, suprimir el control judicial sobre las detenciones y restablecer la pena de muerte. Tras la muerte de Hindenburg, se proclamó führer y canciller del III Reich.

La dictadura nazi.

En 1934, y en unos pocos meses, los nazis transformaron Alemania en una dictadura. Se disolvieron todos los partidos y sindicatos, se clausuro el Parlamento, se suprimieron las elecciones y las libertades individuales y se inició la persecución sistemática de sus opositores. Solo quedó autorizado el partido nazi.

La administración pública fue depurada con una ley que autorizaba el despido por razones políticas y raciales. La judicatura desapareció como poder independiente. El estado nazi aspiraba a una total cohesión de la sociedad alemana, basada en la superioridad de la raza aria y la ideología nacionalsocialista.

Un régimen de terror.

El estado alemán se convirtió en un estado policiaco que impuso su régimen por medio del terror. Las secciones de seguridad y la GESTAPO, bajo el control de Himmler, se encargaba de perseguir cualquier conato de oposición y de imponer el orden. Hitler quería conseguir una total sumisión del partido, por lo que un sector de las SA, liderado por Röhm y que mantenía diferencias políticas, se neutralizó (Noche de los cuchillos largos). Se asesinó a Röhm y a más de 300 dirigentes. A partir de aquí, el control de Hitler fue absoluto.

Autarquía económica y rearme.

Desde el punto de vista económico, se propuso promover un relanzamiento que hiciese que de Alemania una potencia económica mundial. La política económica nazi respondía fundamentalmente a los proyectos militaristas y expansionistas de Hitler.

El estado nazi ejerció un fuerte dirigismo económico, como objetivo conseguir la autarquía económica. Se dio prioridad a la industria pesada, sobre todo la de armamento, y a obras públicas.

La política nazi reafirmó alguno de los rasgos más característicos del capitalismo alemán. Se aceleró el proceso de concentración de capital y los beneficios aumentaron. La clase media, experimentó una tenue mejora, pero los privilegios otorgados a la banca y a la gran industria le dejaron poco margen de maniobra. 
La clase obrera vio cómo desaparecía el paro a la vez que se iniciaba un acusado empeoramiento de sus condiciones salariales y de trabajo.

El control ideológico y social.

La sociedad debía tener una absoluta unidad ideológica. Se creó el Ministerio de Cultura y Propaganda, para garantizar la conformación de una cultura y un pensamiento basados en las ideas racistas y nacionalistas. Se aniquiló la libertad intelectual y se crearon listas de autores prohibidos, además de quemar los libros considerados perniciosos.

El futuro dependía de la adhesión de la juventud al nacionalsocialismo y por ello se dedicaron grandes esfuerzos a la educación de los jóvenes. Se fomentaron las organizaciones de recreo y de educación juvenil, donde las Juventudes Hitlerianas desempeñaban un papel fundamental. El nazismo otorgaba a la mujer un papel social muy marginal (hijos, iglesia, cocina).

La pureza racial.

Un elemento central para conseguir la total cohesión ideológica y social del pueblo alemán era asegurar la pureza racial.  El mantenimiento de la pureza racial de la sociedad alemana comporto la persecución de judíos, el boicot a sus negocios. Se dictaron la leyes de Nuremberg: 1. Los matrimonios entre judíos y sujetos de sangre alemana están prohibidos. 2. La relación extramarital entre judíos y sujetos de sangre alemana están prohibidos.

Las causas del antisemitismo hay que buscarlas en el deseo de ofrecer a la nación alemana una explicación fácil de sus infortunios. Algunos judíos poseían grandes fortunas, hecho que provocaba el resentimiento de una parte de la población.

A partir de 1933, se crearon los campos de concentración, para recluir a los opositores y enemigos del Reich. Muchos judíos fueron internados en ellos, obligados a realizar trabajos forzados, y en parte, exterminados. (Holocausto: el nombre que se aplica a la persecución y genocidio de los judíos llevado a cabo por la Alemania nacionalsocialista durante la segunda guerra mundial.)

La expansión territorial.

Hitler abanderó las repulsas contra las condiciones del Tratado de Versalles y la humillación que para el pueblo alemán suponían.  Las ambiciones expansionistas necesitaban un ejército poderoso y Hitler inicio una política militarista. Hitler se sintió preparado para lanzarse a la construcción de un gran imperio y a la conquista de un ‘’espacio vital’’. Apuntaba a la construcción política del Gran Reich, un Imperio que debía comprender todos los territorios de habla alemana y someter a los pueblos considerados inferiores.






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