Las
consecuencias de la Primera Guerra Mundial.
La victoria de los estados democráticos dio lugar a
la desmembración de los imperios autoritarios y al nacimiento de nuevos países
que se convirtieron en repúblicas y adoptaron sistemas políticos de carácter liberal parlamentario.
En la Europa de los 20s se vivieron difíciles circunstancias
económicas. Además de la gran subida de los precios, hubo acumulación de stocks
y el paro aumentó. La crisis del 29 acabó de complicar la situación económica.
Todo esto vino acompañado de una crisis social que revistió en ocasiones
revolucionarias. Las movilizaciones fueron reprimidas y se acabó limitando los
derechos sindicales. Los sindicatos y partidos socialistas y comunistas se
reforzaron teniendo en cuenta la revolución soviética. Todo ello desencadenó
una fuerte oposición contra las democracias.
Las
democracias ante la crisis.
Los países con fuertes bases parlamentarias y mejor organización
de las fuerzas democráticas consiguieron integrar en el sistema al socialismo
emergente, a través del sufragio universal. Posibilitando aislar a los partidos
más radicales y consolidar la democracia parlamentaria. Sin embargo, las
democracias se encerraron en sí mismas y contemplaron con impotencia el ascenso
de las dictaduras en otros de Europa.
La
aparición de regímenes autoritarios.
Donde el sistema liberal tenia escasa tradición y
los partidos se veían impotentes ante la crisis y la revuelta social, se
establecieron sistemas políticos autoritarios. Dictaduras. Cabe destacar la llegada al poder en Italia, del Partido Nacional Fascista dirigido por Mussolini y la del Partido Nazi en Alemania liderado por Adolf Hitler.
Los 5 pilares del
fascismo.
1-
La existencia de un ‘’líder
indiscutible’’, considerado un semi-dios (Ducce en Italia, Führer en Alemania,
Caudillo en España).
2-
El culto a la juventud, a la
educación, la disciplina o la educación física.
3-
La existencia de emblemas, saludos…
que cohesionaran el grupo y dieran aires de grandeza.
4-
La importancia del ejército y la
economía de guerra.
5-
Superioridad de la raza, es decir,
el fascismo tiene ideas racistas y xenófobas.
El
fascismo italiano.
Italia
en la posguerra.
El fin de la Gran Guerra dejo en Italia graves secuelas humanas y económicas. Los acuerdos de paz supusieron una gran
decepción ya que los aliados acordaron la entrega a Italia de ciertas tierras
que no se le dieron. De este modo, empezó a extenderse la idea de que la
participación italiana en la guerra había sido un engaño. A esta situación se sumó
la inestabilidad política.
La crisis económica genero una fuerte tensión social. En el norte se desarrolló un movimiento huelguístico, en el centro
se desarrolló un movimiento de ocupación
de tierras. Todos estos movimientos fueron reprimidos, pero el miedo al
estallido de una revolución social (bolchevización)
empezó a asustar a las clases más conservadoras.
La monarquía constitucional atravesaba una situación
de fuerte inestabilidad y ningún
partido conseguía mayoría. El régimen constitucional se apoyaba en una coalición
que se vio fuertemente contestada tanto por Partido Socialista, el Partido
Comunista Italiano como por el Partido
Popular. A esto se le suma el nacionalismo
exaltado, derivado de la frustración de la I Guerra Mundial, ya que las promesas
de recuperar las tierras irredentas
no se habían cumplido totalmente. Este nacionalismo llevó a protagonizar la anexión
del Fiume (1924) por los excombatientes.
El
ascenso del fascismo.
En esta situación de crisis apareció la figura de Benito Mussolini, quien creo los Fasci di Combattimento, los llamados
camisas negras. Se trataba de grupos paramilitares con los que pretendía frenar
el auge del movimiento obrero (parar la revolución comunista).
Los fasci se transformaron en el Partido Nacional Fascista. Su programa
estaba basado en la construcción de un Estado fuerte, que garantizase la
propiedad privada, y una política exterior expansionista.
El nuevo partido contó
con el apoyo de la pequeña burguesía,
con la financiación de grandes
propietarios y con la tolerancia de la Iglesia
Católica y del mismo monarca, Víctor
Manuel III.
Las escuadras
fascistas protagonizaron numerosos actos de violencia social. Pretendían
acallar toda forma de oposición atemorizando a la población a golpes y con
acciones vejatorias. Contaban con la complicidad de la policía, que actuaba
contra ellos sin contundencia, y de la justicia, que dictaba penas simbólicas a
los escuadristas.
La
marcha sobre Roma y la llegada al poder.
En las elecciones de 1922, el Partido Fascista solo
consiguió 22 diputados. Pero ese mismo año, con 300000 camisas negras, aplasto
la huelga general de los sindicatos socialistas y anarquistas. Mussolini exigió
al rey que le entregara el gobierno y organizo una Marcha sobre Roma, en la que reclamaban el poder.
En el proceso de entrega del poder al fascismo, dos
instituciones desarrollaron un papel decisivo: la Monarquía y el Ejército. El monarca,
por su decisión de entregar el gobierno a Mussolini y los militares porque
aconsejaron al rey que no pusiera al ejército en la situación de tener que
reprimir a los fascistas, ya que probablemente una parte de los mandos
militares les eran afines.
La
dictadura fascista.
Mussolini desarrollo un proceso de restricción de las libertades y de
persecución de sus adversarios.
Después de las elecciones de 1924, anuncio la
instauración de un régimen autoritario,
en el que Mussolini se atribuyó plenos poderes y se hizo llamar Duce. El estado dirigía todos los
aspectos de la vida social y dominaba los medios de comunicación. También
controlaba la economía, adoptando políticas
proteccionistas, invirtiendo en obras públicas, y con una política autárquica.
Los partidos políticos fueron prohibidos, sus
líderes, perseguidos y encarcelados, y el Parlamento, sustituido por una Cámara de los Fasci. Los sindicatos
sustituidos por un sistema de
corporaciones por oficios. También se creó una policía política, que perseguía a los opositores.
El régimen de Mussolini supo atraerse a la Iglesia católica. Firmaron los Pactos de Letrán, que supusieron el reinicio
de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. El apoyo del papado al
fascismo, constituyó uno de sus pilares más sólidos. También contribuyó a la
popularidad del fascismo su política nacionalista y expansionista. Se promovió
la remilitarización y se inició una
campaña para recuperar los territorios irredentos.
La
instauración del nazismo en Alemania.
La
república de Weimar.
A punto de finalizar la Primera Guerra Mundial, el
káiser Guillermo II abdicó de su
cargo y se proclamó la república. Basada
en una Constitución ampliamente democrática, fue incapaz de crear un sistema político
estable. Tuvo que hacer frente a los intentos insurreccionales que deseaban
acabar con el régimen.
Los grupos
nacionalistas consideraron humillante el Tratado de Versalles. Así, en sus primeros años se vio amenazada
por movimientos revolucionarios y
por varios golpes de Estado de la
extrema derecha (Putsch de la cervecería
de Munich).
Los años de posguerra fueron para Alemania de crisis económica, miseria y paro,
debido a las deudas de guerra y las fuertes reparaciones que Alemania debía pagar
a los vencedores.
Hitler
y el partido nazi.
Hitler
fundo el Partido Nacionalsocialista de
los Trabajadores de Alemania. El partido escogió como emblema la bandera
roja con la cruz gamada y se doto de una organización
paramilitar, las Secciones de Asalto
(SA).
Su ideología fue recogida en el libro Mi Lucha (Mein Kampf) y defendía el
antisemitismo, la superioridad de la raza aria y la necesidad de forjar un gran
imperio que uniese a todos los pueblos de habla alemana. Al salir de prisión,
Hitler y su liderazgo político se habían reforzado. Por ello creó su propia
milicia la SS.
Para cautivar a las clases trabajadoras, Hitler no
dudo en usar la demagogia: prometió
trabajo para todos, reducir los beneficios industriales, mejorar los salarios y
avanzar hacia una sociedad más solidaria. Arremetió contra los que acusó de ser
los responsables de la crisis alemana:
judíos, comunistas y demócratas.
Las milicias
nazis se opusieron violentamente a la república y protagonizaron varios
intentos insurreccionales. Sin embargo, la mejora de la situación económica y
social hizo perder terreno a los nazis, que se vieron obligados a frenar su
actividad antiparlamentaria.
El
nazismo al poder.
Entre 1924-1929 hubo una relativa mejora de las
condiciones económicas. Pero las consecuencias de la crisis de 1929 resultaron muy duras en Alemania. El malestar social
inclino a una buena parte de la población hacia las propuestas de los partidos
extremistas.
En las elecciones de 1932, el partido nazi consigue
13 millones de votos y logró que el presidente Hindenburg nombrase a Hitler
canciller, su éxito electoral se fundamenta en el apoyo de las clases
medias, los campesinos arruinados y los obreros desesperados ante la miseria. Hitler
consigue el permiso para disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.
Poco después se provoca un incendio en el Reichstag
y se acusa de este a los comunistas, sirviendo como excusa para suspender las
libertades individuales, suprimir el control judicial sobre las detenciones y
restablecer la pena de muerte. Tras la muerte de Hindenburg, se proclamó führer
y canciller del III Reich.
La
dictadura nazi.
En 1934, y en unos pocos meses, los nazis
transformaron Alemania en una dictadura.
Se disolvieron todos los partidos y sindicatos, se clausuro el Parlamento, se
suprimieron las elecciones y las libertades individuales y se inició la
persecución sistemática de sus opositores. Solo quedó autorizado el partido nazi.
La administración
pública fue depurada con una ley que autorizaba el despido por razones
políticas y raciales. La judicatura
desapareció como poder independiente. El estado nazi aspiraba a una total
cohesión de la sociedad alemana, basada en la superioridad de la raza aria y la ideología nacionalsocialista.
Un
régimen de terror.
El estado alemán se convirtió en un estado policiaco que impuso su régimen
por medio del terror. Las secciones de
seguridad y la GESTAPO, bajo el control de Himmler, se encargaba de
perseguir cualquier conato de oposición y de imponer el orden. Hitler quería
conseguir una total sumisión del partido, por lo que un sector de las SA,
liderado por Röhm y que mantenía diferencias políticas, se neutralizó (Noche de los cuchillos largos). Se asesinó
a Röhm y a más de 300 dirigentes. A partir de aquí, el control de Hitler fue
absoluto.
Autarquía
económica y rearme.
Desde el punto de vista económico, se propuso
promover un relanzamiento que
hiciese que de Alemania una potencia económica mundial. La política económica
nazi respondía fundamentalmente a los proyectos
militaristas y expansionistas de Hitler.
El estado nazi ejerció un fuerte dirigismo económico, como objetivo conseguir la autarquía económica. Se dio prioridad a
la industria pesada, sobre todo la
de armamento, y a obras públicas.
La política nazi reafirmó alguno de los rasgos más característicos
del capitalismo alemán. Se aceleró
el proceso de concentración de capital y los beneficios aumentaron. La clase
media, experimentó una tenue mejora, pero los privilegios otorgados a la banca
y a la gran industria le dejaron poco margen de maniobra.
La clase obrera vio
cómo desaparecía el paro a la vez que se iniciaba un acusado empeoramiento de
sus condiciones salariales y de trabajo.
El
control ideológico y social.
La sociedad debía tener una absoluta unidad ideológica.
Se creó el Ministerio de Cultura y
Propaganda, para garantizar la conformación de una cultura y un pensamiento
basados en las ideas racistas y nacionalistas. Se aniquiló la libertad
intelectual y se crearon listas de autores prohibidos, además de quemar los
libros considerados perniciosos.
El futuro dependía de la adhesión de la juventud al
nacionalsocialismo y por ello se dedicaron grandes esfuerzos a la educación de
los jóvenes. Se fomentaron las organizaciones de recreo y de educación juvenil,
donde las Juventudes Hitlerianas
desempeñaban un papel fundamental. El nazismo otorgaba a la mujer un papel
social muy marginal (hijos, iglesia,
cocina).
La
pureza racial.
Un elemento central para conseguir la total cohesión
ideológica y social del pueblo alemán era asegurar la pureza racial. El
mantenimiento de la pureza racial de
la sociedad alemana comporto la persecución de judíos, el boicot a sus
negocios. Se dictaron la leyes de
Nuremberg: 1. Los matrimonios entre judíos y sujetos de sangre alemana están
prohibidos. 2. La relación extramarital entre judíos y sujetos de sangre
alemana están prohibidos.
Las causas del antisemitismo
hay que buscarlas en el deseo de ofrecer a la nación alemana una explicación fácil
de sus infortunios. Algunos judíos poseían grandes fortunas, hecho que
provocaba el resentimiento de una parte de la población.
A partir de 1933, se crearon los campos de concentración, para recluir a
los opositores y enemigos del Reich. Muchos judíos fueron internados en ellos,
obligados a realizar trabajos forzados, y
en parte, exterminados. (Holocausto:
el nombre que se aplica a la persecución y genocidio de los judíos llevado a
cabo por la Alemania nacionalsocialista durante la segunda guerra mundial.)
La
expansión territorial.
Hitler abanderó las repulsas contra las condiciones
del Tratado de Versalles y la humillación que para el pueblo alemán suponían. Las ambiciones expansionistas necesitaban un ejército poderoso y Hitler inicio una política militarista. Hitler se sintió
preparado para lanzarse a la construcción
de un gran imperio y a la conquista de un
‘’espacio vital’’. Apuntaba a la construcción política del Gran Reich, un Imperio que debía
comprender todos los territorios de habla alemana y someter a los pueblos
considerados inferiores.
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