La revolución rusa.
Durante
la primera guerra mundial, estalla en 1917 la revolución bolchevique que
derroca al zar Nicolás II e instauro el primer estado comunista del mundo.
La autocracia zarista.
A
comienzos del siglo XX, el Imperio de los zares era un inmenso país donde aún
pervivía el absolutismo monárquico.
Además el zar gobernaba por decreto,
no estaba sujeto a ninguna constitución
ni tenia que responder ante un parlamento. Una fiel burocracia y un poderoso ejército
aseguraban el control del Imperio, mientras que la Iglesia ortodoxa constituía uno de los grandes pilares ideológicos
del régimen.
La
agricultura era la principal
actividad económica y la tierra estaba en manos de unos pocos terratenientes. La mayoría de la
población eran campesinos sometidos
a un régimen casi feudal.
En
algunas zonas del Imperio se había iniciado un proceso industrial, dirigido por el estado y caracterizado por
su rapidez. Allí había surgido un numeroso proletariado
industrial.
Entre
los obreros, se había difundido el marxismo y en 1898 se fundo el Partido Socialdemócrata Ruso, que en
1912 se dividió entre mencheviques y
bolcheviques. Estos últimos
liderados por Lenin.
La revolución de 1905
En
este año se sucedieron las manifestaciones, las revueltas de campesinos y
huelgas de obreros debido a las malas condiciones sociales y la corrupción. La guerra ruso-japonesa solo logró agravar
las cosas. Protestas ante el palacio de invierno, que fueron duramente
reprimidas en el denominado Domingo
Sangriento. También hubo revueltas en el ejército como el motín a bordo del
acorazado Potemkin. La población
estaba desmoralizada y se organizo en soviets.
Este hecho marca el inicio de la revolución, que fracasa al no recibir apoyo militar.
Aunque el zar creó la Duma para
intentar calmar al pueblo.
La coyuntura de la I Guerra
Mundial.
La permanencia de Rusia en la guerra solo
precipitó los acontecimientos. Las fábricas se transformaron en industrias de
guerra y el reclutamiento hizo disminuir la producción. Los productos
escaseaban, los precios subían y la capacidad adquisitiva disminuyó. A esto se
le sumaron derrotas militares y críticas al gobierno. La confianza en el zar
había disminuido y los complots se sucedían. El desastre militar y económico
condujo a una revolución de mayor calibre que la de 1905.
La caída del zarismo.
El
23 de febrero de 1917 estalló una revolución que provoco la caída del zarismo. Fueron
formándose soviets. La duma tomó protagonismo en la crisis y, de acuerdo
con el soviet de Petrogrado, el poder pasó a un gobierno provisional. Este gobierno se comprometió a convocar
una Asamblea Constituyente para decidir el destino político de Rusia. Al mismo
tiempo, siguió fiel a las alianzas militares y se mantuvo en la guerra. La
caída del zar no acabó con los problemas. Las condiciones de vida no mejoraban
y los soviets exigían la retirada de la guerra y no reconocían las leyes del
gobierno provisional como legitimas. Entonces empezó a perfilarse un doble poder.
La revolución de octubre.
La
lentitud con que se realizaba la reforma agraria y el mantenimiento de Rusia en
la guerra hicieron aumentar el descontento popular y la influencia de los bolcheviques.
El
25 de octubre, los soviets, impulsados por los bolcheviques y el apoyo de la Guardia Roja, se sublevaron asaltando
el Palacio de Invierno y destituyeron al gobierno provisional. Lenin formo un gobierno obrero.
El
nuevo gobierno soviético estableció la formación de un Consejo de Comisarios del Pueblo y las primeras medidas revolucionarias: se expropiaron las tierras para
repartirlas entre los campesinos, y las fábricas quedaron bajo el control de
comités obreros. Además se firmo la paz de Brest-Litovsk (1918) con Alemania.
La guerra civil y la creación de la
URSS.
El
nuevo gobierno soviético tuvo que hacer frente a una guerra civil que duro tres años (1918-1921). Una fracción del ejército
zarista, organizó el llamado Ejercito
Blanco, que se levantó en armas contra la Rusia revolucionaria.
Los
bolcheviques crearon el Ejército Rojo
que, basado en la disciplina y bajo la dirección de León Trotski, logró imponerse. A lo largo del conflicto, el partido
bolchevique, había tomado el nombre de Partido
Comunista dela Unión Soviética, fue haciéndose con el monopolio del poder.
En
1922 se creo la URSS, un estado federal que reunía todas las nacionalidades del
viejo imperio (en política interna todos los estados son independientes, a
nivel externo funciona como uno). Se gobernaba por un Parlamento (Soviet Supremo) y un solo partido el PCUS, controlaba la vida
política.
Se
trataba de un sistema totalitario,
en que el estado y el partido quedaban totalmente identificados y en el que las
instituciones no eran elegidas democráticamente. Las voces que se alzaban
contra esta situación fueron eliminadas o neutralizadas. El nuevo sistema
político se justificaba mediante la dictadura
del proletariado: el poder era ejercido por el Partido Comunista que
representaba al proletariado, es decir, a la mayoría de la población.
Características
del comunismo:
Primacía de la igualdad por encima
de la libertad.
No existía la propiedad privada.
Todo era del estado.
Tiene un sistema totalitario.
El poder reside en el partido
socialista.
La NEP, una nueva política
económica.
La
economía soviética estaba hundida. La revolución empezó a perder antiguos
apoyos, hubo levantamientos. Esto hizo que Lenin propusiese una reforma de la
economía que permitiese mejorar las condiciones de vida. Se concretó una Nueva Política Económica (NEP). Esto
significaba la implantación de una economía mixta en la que algunos sectores convivirían con un retorno a la
economía de mercado, que permitiría la pequeña propiedad y los intercambios
privados.
La
NEP cumplió sus objetivos y en 1926 la economía soviética había superado los niveles
anteriores a la guerra. Pero la vuelta al mercado hizo subir los precios y las
diferencias entre precios agrarios e industriales volvieron a originar
problemas en las ciudades. Esta nueva política también produjo un serio debate
y reforzó el enfrentamiento interno
entre los que defendían el mantenimiento de una economía mixta y los que
propugnaban la rápida socialización de la propiedad, la producción y la
distribución de bienes.
Creación de la III Internacional.
En
1919 se crea la Tercera Internacional, que
hizo un llamamiento a todos los partidos socialistas para que se unieran. Para
unirse se debían cumplir las 21
condiciones. Estas condiciones provocaron la escisión de muchos partidos
socialistas dando lugar al nacimiento de los partidos comunistas. Estos partidos tenían que responder a una
nueva concepción del marxismo: el leninismo.
La expansión de la revolución
comunista.
Se
creía que la revolución no podría consolidarse si no se extendía por todo el
mundo. El intento más importante se produjo en Alemania por la Liga Espartaquista. Su objetivo era
conseguir el poder y crear un régimen comunista, pero el intento fue abortado.
La revolución soviética hizo crecer los anhelos revolucionarios en toda Europa,
pero a pesar de este entusiasmo, en ningún otro lugar parecía estar cercana la
posibilidad de una revolución socialista. La expansión a otros países parecía
muy difícil de cumplir a corto plazo.
La pugna por el poder.
Lenin
muere en 1924. Diferentes propuestas enfrentaron a los dirigentes del partido, Trotski y Stalin. El primero mantenía
que era necesario exportar la revolución
en otros países, abandonar la NEP y promover un funcionamiento más democrático.
El segundo se proponía la ‘’construcción
del socialismo en un solo país’’, seguir con el sistema mixto y reservar
las decisiones políticas a los dirigentes del PCUS, eliminando el debate
interno del partido.
Stalin
que se había convertido en Secretario
General del PCUS, se hizo dueño de la situación a partir de 1927. El
resultado fue la orientación de la revolución hacia el establecimiento de un
poder autoritario, un centralismo absoluto. Stalin también optó por poner fin a
la NEP y forzar la colectivización de la propiedad. Trotski se exilió y fue
asesinado por orden del mismo Stalin.
El estalinismo.
Tiene
3 características:
1-Todo el poder reside en un solo
país (URSS)
2- Todo el poder reside
en un único partido (PCUS)
3- Todo el poder reside
en una única persona (Stalin)
La
política estalinista impuso una economía
y una sociedad colectivistas.
Se
prohibió la propiedad privada y las
tierras, fabricas, bancos… se convirtieron en propiedad estatal. Se dio prioridad a la industria pesada. Se
instituyo una economía dirigida por el
Estado. Con el plan quinquenal
el resultado fue una rápida
industrialización, pero la agricultura sufrió un retraso considerable, y se
colectivizaron todas las tierras.
Stalin
ejerció una verdadera dictadura en
la que el Partido Comunista lo controlaba todo.
Su
liderazgo quedó reforzado por el ‘’culto
a la personalidad’’.
El estalinismo se desarrolló y consolidó con unas
estructuras políticas y sociales cada vez más rígidas. Se recurrió a la eliminación
política y en muchos casos física. Se inició una represión generalizada que se conoce como las Purgas de Stalin→ Stalin mataba a todo aquel que no estuviera
conforme con él o sus pensamientos. Se desarrollaron los procesos de Moscú, que costaron la vida a miles de personas. Con
esta política se juzgó, condenó y
ejecutó a miles de ciudadanos soviéticos, eliminando así a cualquier posible
opositor o alternativa al poder. Este sistema penitenciario (gulag) reunía una
serie de campos de trabajos.
Las nuevas instituciones políticas
En
la era de Stalin se dieron cambios decisivos en la organización y estructura de
la URSS. La nueva constitución mantuvo los soviets como espina dorsal del
sistema político, pero ya no volvieron a ser nunca más asambleas libres y
deliberantes. El Estado reconocía la elección de los soviets por sufragio
universal, pero esto quedaba totalmente desvirtuado por el hecho de que solo
podían presentarse las candidaturas avaladas por el PCUS. Las instituciones
políticas se mantuvieron según el esquema anterior, aunque se hizo más estrecha
la unión entre partido y Estado. El gobierno siguió formado por los comisarios y los municipios por unos soviets locales. El Estado soviético
mantuvo su estructura federal y cada
una de las repúblicas de la Unión tenía su propio soviet que era elegido al
mismo tiempo que el Soviet Supremo.
Estados
Unidos: los felices años veinte.
Las consecuencias de la primera
guerra mundial.
Estados Unidos
salió muy beneficiado de la Primera Guerra Mundial. Durante el conflicto, la
venta de alimentos, armas y productos industriales a los aliados facilitó que
el país acumulase la mitad de las reservas mundiales de oro, y que el dólar se
convirtiera en una solida moneda de cambio. Al terminar la guerra, Estados
Unidos se había convertido en la primera
potencia económica mundial. Su mayor competitividad abrió los mercados
internacionales a sus productos y estos invadieron los mercados mundiales. Además,
muchos países de Europa estaban endeudados con Estado Unidos como consecuencia
de los préstamos de guerra.
Los desequilibrios comerciales
Las
nuevas fronteras fijadas en los tratados de paz modificaron los flujos de intercambio de mercancías. Alemania
perdió muchos territorios, privándola del acceso a materias primas para su
industria, lo cual dificulto las relaciones económicas entre algunas de sus
regiones. A todo ello se sumó el desequilibrio comercial entre los países
industrializados y los exportadores de alimentos y materias primas. Hubo un
exceso de oferta de alimentos y materias primas de cuya exportación dependían
muchos Estados. El descenso de los
precios agrarios empeoró la balanza comercial de estos países, que
importaban mucho más que exportaban y necesitaban capital exterior para
compensar el déficit. Al disminuir el valor de sus exportaciones descendieron
sus ingresos y no pudieron pagar los intereses de los préstamos contratados.
Entonces, se vieron obligados a solicitar nuevos
créditos.
La prosperidad americana.
El
crecimiento americano se prolongo durante los diez años que siguieron al fin de
la guerra: fue la década de la ‘’prosperidad’’
y de la consolidación de un ‘’modo de
vida americano’’ basado en un gran consumismo.
El dólar se impuso como moneda
de cambio ya que era la única convertible en oro. La banca estadounidense se afirmaba como la más dinámica y EE.UU se convertía
en la única plaza financiera capaz de mantener un sistema de préstamos a largo
plazo. En el auge estadounidense también influyó el desequilibrio comercial. La mayor competitividad de EE.UU, provocó una balanza comercial favorable:
EE.UU exportaba a Europa mucho más de lo que importaba de ella.
Aumento del consumo y crecimiento
bursátil
La
expansión de la economía estadounidense fue posible gracias a una
transformación productiva dominada por la innovación
técnica y los cambios en la
organización del trabajo que caracterizaron la II Revolución Industrial. Se
produjo un gran incremento del uso de la electricidad
y el petróleo. El automóvil fue el sector emblemático de
este auge, mediante las cadenas de
montaje. Sus efectos fueron muy positivos. También se generalizó la
construcción de rascacielos en las grandes ciudades. Se produjo un gran aumento de la productividad, muy
superior al de la economía europea, lo cual permitió reducir los costes de producción.
La
expansión de EE.UU se baso en una profunda transformación en el proceso de
producción de bienes. Por un lado, se incremento la productividad y se
redujeron los costes. Por otro, el aumento de los salarios obreros, las
campañas publicitarias, la compra a plazos y los préstamos bancarios abrieron
el camino a la era del consumo de masas.
La mejora adquisitiva no fue suficiente para absorber el aumento de la
producción resultado de la fabricación masiva y el fenómeno de la sobreproducción empezó a ser un
problema para la economía. La agricultura
fue el sector más perjudicado por la prosperidad de la década de 1920.
La
prosperidad se reflejo en un gran auge de la Bolsa. Los buenos resultados empresariales hicieron aumentar la
demanda de acciones, cuyo valor subía constantemente. La euforia bursátil
genero una gran burbuja especulativa.
Fue tal la locura inversora que muchos compradores solicitaron créditos para
comprar acciones.
La crisis de la superproducción.
La
prosperidad no beneficio a todos por igual y una serie de elementos preludiaron
la crisis que se avecinaba. Los campesinos
fueron los primeros perjudicados ya que durante la Guerra se habían endeudado
para adquirir nuevas tierras y maquinas y de ese modo aumentar la producción,
que vendían a los países en guerra.
Acabado el conflicto, las exportaciones disminuyeron
y el mercado americano no podía absorber toda la producción. Los stocks, se
acumularon, los precios bajaron y los campesinos no pudieron devolver los préstamos.
En la industria ocurrió un fenómeno similar. La acumulación de stocks
hizo bajar los precios y muchas empresas quebraron y cerraron sus puertas. El
paro obrero se extendió y como la población tenía menor capacidad de compra, el
consumo disminuyo.
El
‘’crack’’ del 29 y el ‘’New Deal’’.
Del ‘’crack’’ bursátil a la Gran Depresión.
La
desconfianza cundió entre los inversores y el
24 de octubre de 1929 (jueves negro) una gran oleada vendedora afecto a la Bolsa de Nueva York. La gran oferta de
acciones hizo que su valor cayera en picado, desencadenando el ‘’crack’’ bursátil.
Muchos inversores se arruinaron y el pánico se
extendió entre los ciudadanos. Los bancos se vieron obligados a cerrar por
falta de fondos ya que tampoco podían cobrar los préstamos. El ‘’crack’’ de la
Bolsa precipito la quiebra de muchos
bancos. En pocos años, la crisis bursátil se propago a gran parte de la
industria, el comercio y la agricultura provocando la
Gran Depresión. El consumo
disminuyo y muchas fábricas cerraron. El numero de parados aumento y muchas familias cayeron en la miseria. Desde EE.UU la crisis se extendió al resto del mundo.
El sistema bancario fue uno de los primero afectado
debido a que el hundimiento bursátil hizo que los deudores no pudieran devolver
sus préstamos y la mayoría de los bancos había aceptado acciones de la Bolsa
como garantía de los préstamos. La ruina de los inversores bursátiles y la
disminución del crédito provocaron el descenso del consumo, lo cual agravó la
crisis de sobreproducción. El subconsumo y la caída de las inversiones indujeron
la crisis industrial. La caída de la
actividad industrial supuso un gran aumento del desempleo. La depresión tuvo grandes consecuencias y la pobreza se
extendió.
Los mecanismos de expansión de la
crisis.
Fueron
varios: el descenso de los precios
de los productos puso en serias dificultades a las empresas del resto del
mundo, que no podían competir con ellos; el retroceso de la demanda estadounidense redujo drásticamente sus
importaciones, perjudicando a los países exportadores del resto del mundo; los
problemas de la banca americana comportaron un drástico descenso de sus préstamos e inversiones en Europa. La crisis
bancaria fue el primer síntoma de la recesión mundial. Los préstamos entre
bancos extendieron la crisis a todo el sistema financiero. Pero la gravedad de
la recesión fue muy diferente según los países, aunque todos redujeron la
producción y vieron aumentar el desempleo. La crisis fue especialmente profunda
en Alemania.
En el Reino
Unido, la recesión no fue tan grave, pero la imposibilidad de mantener la
libra como moneda de referencia ante el mayor atractivo del dólar hizo quebrar
el sistema monetario internacional.
Se entró en una sucesión de devaluaciones
monetarias y de grandes fluctuaciones en su cotización. Francia, fue un ejemplo de los países
denominados del “bloque de oro” que conservaron sus tipos de cambio fijo
respecto a ese metal.
El hundimiento del comercio.
La
causa principal de la reducción del comercio fue el aumento del proteccionismo. La adopción de tarifas
proteccionistas por EE.UU fue considerada una declaraciones guerra comercial que fue contestada por
la mayor parte de los gobiernos con más medidas proteccionistas. Los intentos
de cada país por solucionar sus dificultades, la profunda reducción de la
demanda interna en algunas economías y el enfrentamiento comercial hundieron el
comercio internacional. La caída del
comercio comportó la expansión de la crisis a los países exportadores.
La propuesta keynesiana
Keynes
defendió que la crisis no era pasajera y que la recuperación no surgiría
espontáneamente si los gobiernos no actuaban en su favor. Argumento que el
principal problema era la falta de demanda ante la caída de la inversión. Sin
demanda, los empresarios no tenían incentivos para aumentar la producción y, a
través de ella, el empleo. Ante el derrumbe de la inversión privada, proponía
que el Estado incrementase el gasto
público. El gasto del Estado generaría déficit
público. El Estado podría incrementar los ingresos por impuestos y reducir el déficit público anual. Defendió la mejora de las condiciones
salariales para aumentar la capacidad adquisitiva. Argumentó que la prosperidad
dependía sobre todo de la inversión y el consumo, y no del ahorro, que podía
resultar nefasto. Afirmó que el papel de los capitalistas era invertir, y el de
los trabajadores consumir.
La
lucha contra la crisis: el ‘’NEW DEAL’’
En 1932, gano las elecciones un demócrata, Franklin D. Roosevelt que proponía un
nuevo programa para favorecer la recuperación económica. Fue el llamado New Deal, creado por Keynes (asesor del presidente), que defendía
la intervención del Estado para
reactivar la economía.
Para frenar la caída de los precios y relanzar la
actividad de las empresas, el New Deal propuso una serie de medidas económicas: programa de
recuperación industrial, subvenciones a la agricultura, obras públicas, control
bancario y medidas sociales (ayudas a parados, aumento de salarios,…)
A pesar de estas mejoras, la crisis no se supero
hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuando las nuevas necesidades
de rearme y avituallamientos de los países convirtieron de nuevo a EE.UU. en el
principal suministrador de los aliados en guerra.
Los
países escandinavos
Aquí fue más rápida la recuperación que en la
mayoría de los países. El elemento clave fue otorgar al presupuesto del Estado un papel activo en la lucha contra la
recesión económica, convirtiéndolo en un instrumento anticrisis. Cuando los
empresarios invertían menos, el Estado aumentaba su inversión para compensar el
efecto negativo. En la puesta en práctica de esos programas fue decisiva la
fuerza de los partidos socialdemócratas
que venían propugnando medidas para mejorar la situación de los trabajadores.
Se inició la construcción del Estado del
bienestar que se difundiría y consolidaría en el conjunto de Europa
desarrollada.
La
política armamentística de Alemania.
Fue un ejemplo de recuperación económica de una
Estado totalitario que propició un fuerte intervencionismo e impulsó una política de rearme. Hitler pretendía
conseguir la autarquía económica,
una autosuficiencia que permitiese la supervivencia de Alemania prescindiendo
de las exportaciones y produciendo en el interior todo lo que necesitaba. Esto
permitió un crecimiento considerable de la producción y un notable descenso del
paro. Pero comportó una brutal represión sobre los dirigentes sindicales y
partidos de izquierda. La recuperación basada en el rearme se sustentaba en el
convencimiento hitleriano de que la actividad económica del Estado debía
restaurar el poder militar del pueblo alemán. Esta política económica condujo
directamente al estallido de la II Guerra Mundial.
El
Reino Unido y Francia
La Conferencia
Internacional de Londres pretendió solucionar los desacuerdos sobre las
deudas de guerra y acabar con las fluctuaciones de los tipos de cambio de las
monedas. Su éxito fue limitado pero gobiernos de diferentes países se habían
reunido para intentar solucionar conjuntamente los problemas. El Reino Unido no adoptó políticas
similares al New Deal y propuso algunas de las medidas tradicionales
anticrisis. Estableció acuerdos comerciales preferenciales con sus colonias. En
Francia, las primeras medidas
comparables a las americanas tardaron en llegar, cuando el Frente Popular
impulsó una serie de planes sociales. Inició una política de obras públicas,
garantizó precios a los productores agrícolas y devaluó el franco para aumentar
las exportaciones
Las medidas internas y el tímido avance de la
cooperación internacional detuvieron el empeoramiento de la coyuntura. La
estabilización de la economía y el inicio de una nueva fase de crecimiento tan
solo se alcanzó tras la II Guerra Mundial, cuando se reconoció que la
supremacía del Reino Unido habían sido definitivamente sustituida por la de
Estados Unidos.
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