II
Guerra Mundial.
Las causas de la II Guerra
Mundial.
La política expansionista de la
Alemania nazi.
La política emprendida
por la Alemania nazi para forjar el Gran Reich y conquistar su espacio vital consiguió imponerse en
Europa por medio de hechos consumados. Alemania procedió a la anexión del Sarre
tras la celebración de un plebiscito entre la población. Se impulsó el rearme
de la sociedad alemana, estableció el servicio militar obligatorio y procedió a
la creación de una fuerza aérea. Hitler había quebrantado la Paz de Versalles
sin que las democracias reaccionasen.
La debilidad de las democracias.
La Guerra Civil
Española facilitó la aproximación entre Hitler y Mussolini, ya que ambos
apoyaron a los militares sublevados contra la II República, y ayudó
decisivamente a forjar la alianza política e ideológica del bloque fascista. En
octubre se formaliza el Eje Roma-Berlín
y un mes después, Japón firma con Alemania el Pacto Antikomintern contra la URSS.
Por otra parte, la
Guerra Civil Española evidenció la debilidad de las democracias, que
propugnaron una política de no
intervención.
El Anschluss y el primer
expansionismo nazi.
Las tropas alemanas
ocuparon Austria, y Hitler forzó un referéndum que permitió la incorporación de
Austria al Reich (Anschluss). Se
procedió a la ocupación de los Sudetes, con el pretexto de que en estas
regiones vivían unos 3 millones de alemanes. Nada de esto consigue reacciones
adversas por parte de las democracias. Hitler tomó la iniciativa política y convocó
(septiembre 1938) a los jefes de gobierno de UK, Francia, e Italia a la Conferencia de Munich. Estos aceptaron
la ocupación alemana a cambio de garantías de no agresión sobre el resto de
Checoslovaquia.
Hitler comete otra
agresión contra Checoslovaquia anexionándose el enclave de Memel mientras que
Mussolini ocupaba Albania. Ambos jefes estrecharon su alianza política y
militar con el Pacto de acero (mayo
1939).
El estallido de la guerra en
Europa.
Hitler llevó a cabo un
acercamiento táctico con la URSS con el fin de conseguir su neutralidad militar
en caso de producirse un conflicto occidental, y así poder invadir Polonia sin
tener que mantener una posible guerra en dos frentes.
Stalin optó por el Pacto germanisoviético de no agresión
ante la preocupación del avance alemán y la preocupación de no contar con ayuda
si eran invadidos. Este pacto permitía obviar el conflicto entre ambas
potencias, e incluía unas cláusulas de reparto de Polonia y de reconocimiento
del control de la URSS sobre los países bálticos.
Hitler invade Polonia a
través de la excusa de reclamar la ciudad de Danzig y la negativa de Polonia,
Francia y gran Bretaña. El día 3 de septiembre de 1939, Francia y Gran Bretaña
declaraban la guerra a Alemania.
El imperialismo japonés en Asia.
Japón se planteó
disponer de un “espacio vital” propio que le permitiese el dominio de Asia
oriental, con el fin de extraer materias primas y exportar sus productos. Para
ello desarrolló una poderosa industria armamentística, se acercó a la Alemania
nazi y reforzó su alianza con el pacto antikomintern al considerar a la URSS
como enemigo principal.
La invasión de
Manchuria fue el primer acto de expansión japonés y significó la formación de
un Estado satélite, Manchukuo. Japón expresó sus deseos de crear una gran fuerza naval, lo que constituía un
anuncio claro de preparación
bélica para la futura expansión por el Pacifico.
El inicio de la guerra
en Europa favoreció los planes japoneses, ya que debilitaba el control británico,
holandés y francés sobre las colonias asiáticas. El único competidor era
Estados Unidos.
El desarrollo de la guerra
Las victorias alemanas. La “guerra
relámpago”.
Un nuevo tipo de guerra
basado en la sorpresa y la rapidez de movimientos del ejército alemán, la Wehrmacht, con sus divisiones
acorazadas y sus carros de combate, combinada con la acción de la aviación. Perseguía
la destrucción del enemigo y la devastación de sus infraestructuras, y respondía
a las previsiones de llevar a cabo una guerra corta.
Una parte del
territorio ocupado se incorporó al Reich y la otra se formó un gobierno bajo
control de la administración nazi. El ejército soviético, a su vez, ocupo el
este de Polonia y extendió su influencia a los países bálticos.
Los nazis situaron en
el punto de mira a la Europa
septentrional por su importancia militar y económica. Dinamarca y Noruega
fueron conquistadas con rapidez sin que la intervención inglesa pudiese
impedirlo. Ello provocó que Churchill gobernara Gran Bretaña.
El siguiente objetivo
fue Francia. La ofensiva se inició a través de los Países Bajos y Bélgica.
El estado francés quedó sin respuesta ya que había situado todas sus defensas
en la línea Maginot, fronteriza con
Alemania, sin prever la posibilidad de una invasión desde Bélgica. Las tropas francobritánicas
quedaron cercadas y fueron evacuadas por la playa de
Dunkerque.
Mussolini entró en
guerra el 10 de junio uniéndose a las operaciones nazis. Los alemanes entraron
en parís y poco después del jefe de gobierno (mariscal Pétain) pidió el armisticio.
La ocupación dividió Francia en dos: el norte, bajo dominio directo de los
nazis y el sur, un Estado colaboracionista con Alemania, con capital en Vichy.
La batalla de Inglaterra y la
guerra del Desierto.
Hitler decide llevar a
cabo la batalla de Inglaterra, que
preveía la ocupación por mar de la isla precedida por un ataque aéreo. En
agosto de 1940 se inician los intensos bombardeos (Luftwaffe) hasta que la aviación británica (RAF) consiguió repeler la agresión. La resistencia inglesa
marítima, que contó con el apoyo de estados unidos, tampoco fue doblegada.
Con
ello Hitler se vio frenado por primera vez y renuncia a la invasión.
Al mismo tiempo, se
abre un nuevo frente de guerra en el norte de África. Las tropas italianas
atacan Egipto con el fin de controlar el canal de Suez. Su fracasó comportó la
intervención del recién creado Afrikakorps
alemán que penetró en Egipto y consiguió doblegar a las tropas británicas (guerra del desierto). Sin embargo una
contraofensiva británica consigue frenar a las tropas alemanas en El Alamein. Un ejército aliado
desembarca en el África francesa y venció definitivamente a las tropas alemanas
en Túnez.
La campaña contra la URSS.
A pesar del pacto
firmado, Hitler preparaba la operación
Barbarroja para invadir la URSS. Pero la fracasada ocupación de Grecia por
los italianos desplazó hacia el Este y los Balcanes la atención de Hitler.
En Belgrado, una fuerte
revuelta depuso al gobierno, que estaba dispuesto a aliarse con Alemania (Pacto tripartito). En consecuencia,
Belgrado fue bombardeada y Yugoslavia quedó ocupada, desapareciendo como
estado. Hitler atacó Grecia y días después cayó Creta.
Con los Balcanes
ocupados, los alemanes iniciaron la campaña
de Rusia. Se pretendía la destrucción del comunismo, el sometimiento de los
pueblos eslavos y una expansión territorial que permitiese la explotación de
las riquezas de la URSS. El ataque se distribuyó en tres frentes
(norte→Leningrado; centro→Moscu; sur→ucrania) pero la resistencia soviética frustró todas las perspectivas. Moscú no fue conquistada, Leningrado resistió durante casi tres
años, y el avance hacia el sur fue frenado en la batalla de Stalingrado. Finalizando con la rendición alemana en
febrero de 1943. Este hecho marca el declive
nazi en el continente.
La guerra en el Pacífico. La
intervención de Estados Unidos.
El expansionismo nipón provocó el ataque aéreo contra la base
estadounidense de Pearl Harbour sin
declaración previa de hostilidades. Roosevelt declaró la guerra a Japón,
Alemania e Italia. Al abrirse un nuevo espacio bélico, la mundialización de la guerra fue un hecho.
El avance japonés fue imparable hasta mediados de 1942, cuando los
Estados Unidos lo contuvieron en las batallas
del Mar de Coral y de Midway. La
derrota japonesa en Guadalcanal, fue
el punto de inflexión de la contienda en el Pacifico y anuncio el declive nipón.
La derrota nazi.
El potencial económico, bélico y humano
de los aliados se mostraba con
claridad mientras las dificultades del eje
se hacían cada vez más perceptibles. Las ofensivas de los aliados obligaron a
los nazis a replegarse. Se generalizaron los bombardeos sobre las ciudades
alemanas y la resistencia adquirió relieve, lo que ayudo a la eficacia de las
contraofensivas aliadas.
En junio de 1943, se
inició la campaña de Italia con el
desembarco aliado en Sicilia y la preparación del ataque sobre el sur. Esto
provocó la crisis fascista y la caída y encarcelamiento de Mussolini. Hitler
reacciono con la invasión del centro y el norte de Italia y rescató a
Mussolini. Los aliados iniciaron el avance hacia el norte, pero no consiguieron
alcanzar Roma hasta junio de 1944.
El avance del Ejército Rojo hizo retroceder a los
alemanes hasta sus fronteras de 1941. El 6 de junio de 1944, se produjo el desembarco angloestadounidense en Normandía,
favorecido por el avance soviético en el este y la acción de la resistencia
francesa. El 24 de agosto, parís es liberada.
El 1945 significó el
hundimiento final de Alemania. Las tropas soviéticas liberaron Hungría y Polonia,
y el 24 de abril llegaron a Berlín. Los aliados angloestadounidenses habían
penetrado por la orilla izquierda del Rhin. Hitler se suicidó el 30 de abril.
Mussolini había sido capturado y ejecutado por la resistencia italiana. Durante
los días 7 y 8, después de la capitulación de Berlín, se firmó la rendición incondicional del III Reich.
La derrota japonesa.
La ofensiva
estadounidense se desarrolló en dos direcciones. La primera (MacArthur) se dirigió desde Australia
hacia las Filipinas. La segunda partió de Hawái y avanzó hasta Japón por el
este. El avance fue muy lento, ante la resistencia nipona y a pesar de la
superioridad de EE.UU.
Estados Unidos recuperó
las islas Marianas y las Filipinas después de la batalla de Leyte. En noviembre se iniciaron los bombardeos sobre
Tokio y otras ciudades japonesas. La rendición japonesa no se vislumbraba como
inmediata, y la guerra podía alargarse en el Pacífico a pesar de la derrota de
Alemania en Europa. Ante ello, Truman decidió lanzar dos bombas atómicas sobre Hiroshima
y Nagasaki. El 2 de septiembre
se producía la capitulación de Japón y por tanto termina la guerra.
Europa bajo el dominio nazi.
La ocupación nazi.
Los países ocupados por
el Reich fueron administrados por los soldados y la policía alemanes. Se impuso
la explotación y esclavización de la población,
así como la participación de capital alemán en las empresas foráneas, el
control de la producción alimenticia y minera y las requisas forzosas de
productos. Los nazis practicaron el pillaje sobre los recursos materiales y
humanos de los países ocupados e impusieron la producción de aquello que
necesitaba el Reich, sin atender a las necesidades de la población autóctona.
Esta imposición se consiguió
mediante un régimen de terror. La Gestapo y la SS arrestaban, torturaban y
deportaban hacia campos de concentración
a todos los que se resistían. Decidían la eliminación sistemática y masiva de
personas considerados peligrosos o inferiores, además de la eliminación de todos los judíos.
Los campos de concentración.
Con el progreso de la
guerra la construcción de campos se intensificó. Destacan los de Dachau, Mauthausen y Ravensbrück. El más representativo fue
el de Auschwitz-Birkenau al
considerarse como un campo de exterminio,
poniendo en práctica las últimas novedades tecnológicas para la liquidación en
masa de personas.
Los campos eran
espacios cercados con muros, alambradas eléctricas y torres de vigía para
evitar las fugas. Los presos vivían hacinados en barracones que contaban con
unos edificios auxiliares y estaban sometidos a unas duras condiciones de
trabajo. Desde 1942 se instalaron cámaras de gas y hornos crematorios. Se obligaba
a los presos a llevar signos de identificación de su condición y se les sometía
a una disciplina feroz y a todo tipo de maltratos. Esto, unido a una escasa alimentación
y a los trabajos forzados, producía una elevada mortalidad. La SS se encargaba
de la gestión y explotación de los campos.
Colaboración y resistencia.
Los alemanes encontraron
colaboradores en los países ocupados.
En la colaboración también tuvo una decisiva influencia el régimen de terror. Sin
embargo, en los países ocupados fueron surgiendo movimiento de resistencia antifascista, originados por el
sentimiento patriótico, el rechazo al nazismo y a la propia injusticia de la ocupación.
Iniciaron una guerra encubierta a través de acciones de sabotaje y espionaje a
favor de los aliados.
En Italia adquirió relevancia un movimiento partisano antifascista,
con una fuerte presencia comunista. Tomaron la iniciativa de la lucha contra la
republica de Saló, en favor de una Italia democrática. Fue una auténtica guerra
civil que finalizo con la victoria partisana. En Francia, a la acción antinazi
se añadió la del maquis en el interior, y la resistencia tuvo una importante intervención
en la organización del desembarco de Normandía y en la liberación de París.
Las consecuencias de la II Guerra
Mundial.
El impacto demográfico.
La II GM dejó tras de
sí un rastro de devastación como ningún otro conflicto del siglo XX. Más de 55
millones de seres humanos murieron a lo largo de la confrontación. Se deduce
una nueva dimensión de la catástrofe: el profundo impacto de la mortalidad entre la población civil.
La II GM comportó la desaparición
del concepto tradicional de retaguardia e inauguró una nueva era en la que los
conflictos bélicos tendrían en la población civil sus principales víctimas. Las
poblaciones fueron sometidas a bombardeos que pretendían aterrorizar y acabar
con su capacidad de resistencia. Se buscaba también, destruir la organización industrial
y económica del enemigo y debilitar su potencial militar. Esto se explica por
su dimensión de “guerra total” y las ocupaciones nazis y japonesas, que
comportaron el asesinato, la deportación, el exterminio y el genocidio.
También es necesario
constatar el elevado número de víctimas
indirectas a causa de la desnutrición, las heridas y las irradiaciones de
las bombas atómicas. Se vincularon los desplazamientos
de la población a la liberación de prisioneros y de trabajadores forzados
que retornaban a sus países. Se relacionaban también con las reformas
fronterizas y las expulsiones de minorías étnicas.
El impacto económico.
La II GM tuvo una
indisociable dimensión económica,
con la intervención del Estado para poner la producción, la ciencia y la
técnica al servicio de la guerra. El crecimiento de la industria militar supuso
un extraordinario cambio en la organización de la producción y un gran aumento
de la mano de obra.
Al acabar el conflicto,
la devastación era especialmente
importante en Europa, donde el pillaje, la práctica de “tierra quemada” y las
destrucciones de pueblos provocaron una drástica reducción de su capacidad de producción.
Japón había estado al borde del aniquilamiento por las bombas atómicas. Sin
embargo, los países que habían quedado territorialmente al margen del
conflicto, vieron incrementada su riqueza. En especial EE.UU que experimento un
fuerte crecimiento económico adquiriendo una posición hegemónica. También la
URSS, a pesar de las destrucciones, se transformaría en una gran potencia.
La reconstrucción de Europa parecía casi imposible, pero la conservación
parcial de la industria bélica constituyo el punto de arranque para su
desarrollo económico. La intervención del
Estado en la economía y la sociedad europeas fue otro elemento decisivo,
que marcó un cambio respecto al pasado y que asentó las bases para la creación del
Estado del bienestar.
El impacto moral.
La brutalidad de las
acciones bélicas cuestionó los valores
morales y políticos sobres los que había reposado buena parte de la civilización
europea anterior. Los derechos humanos habían sido vulnerados y se había impuesto
a lo largo de 6 años una cultura de terror y crueldad. El conocimiento de los
campos de concentración y exterminio puso en evidencia las dimensiones del
horror nazi. La bomba atómica fue percibida como un verdadero apocalipsis mundial.
Los vencedores de la
guerra impulsaron la creación de un tribunal que definió un nuevo concepto de derecho internacional:
los crímenes contra la humanidad. El juicio
de Nuremberg permitió juzgar a los dirigentes nazis por magistrados de los
4 grandes estados. Pocos dirigentes llegaron al proceso pues algunos se habían suicidado
y otros se quitaron la vida durante el proceso.
Este proceso permitió
hacer un balance público de las atrocidades del nazismo y sentó precedente para
que no quedaran impunes los actos criminales cometidos por responsable políticos
y altos cargos militares.
Las conferencias de paz.
La organización de la
paz se abordó en una serie de conferencias entre los aliados. Las más
importantes fueron las impulsadas por los tres grandes estados. Yalta marcó el
momento de mayor colaboración entre los aliados; Roosevelt, Stalin y Churchill
decidieron la desnazificación y partición de Alemania.
Para que estas
iniciativas prosperasen era necesario esperar la completa derrota del nazismo. Para
entonces la situación había cambiado hasta el punto de que la desconfianza y la
provisionalidad definían ya la relación entre soviéticos y
angloestadounidenses.
En la Conferencia de Potsdam se fijó la situación
de Alemania que conservo su unidad y paso a la tutela de los aliados. Berlín se
dividió en 4 zonas con un gobierno interaliado y se consolidaron las fronteras
de Polonia. Hasta la Conferencia de parís
no se elaboraron los tratados de Italia, Rumania, Bulgaria, Hungría y
Finlandia. En 1955 se firmó el de Austria y el de Japón. Alemania no firmó
nunca un tratado de paz, sino que fue reemprendiendo de manera progresiva sus
relaciones con los aliados.
La ONU.
La necesidad de un
organismo que sustituyera a la SDN llevó a crear la ONU, en la Conferencia de San Francisco. Esta organización
pretendía el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, la cooperación
económica y social entre las naciones. Establecía la igualdad soberana de todos
sus miembros para resolver los conflictos así como el rechazo de la fuerza.
Todos los Estados
miembros están representado y tienen voto en la Asamblea General, órgano deliberativo cuya autoridad es moral,
puesto que solo puede emitir recomendaciones. Cuenta con diversos organismos
administrativos (Consejo de Seguridad, Consejo Económico y Social…). La figura
más pública de la ONU es el Secretario General.
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